¿Por qué los Clientes No Pagan lo que Vale tu Producto o Servicio?
Abres con mucho esfuerzo tu negocio y te esmeras por ofrecer un buen producto o servicio, pero te enfrentas con la dura realidad de que a los clientes les parece caro y no están dispuestos a pagar lo que estás cobrando... ¿Qué debes hacer?
La
solución por la que optan la mayoría de emprendedores es bajar sus precios
(incluso llegando a sacrificar la calidad del producto o servicio), con tal de
ver dinamizar las ventas de su negocio; pero ¿Ésta es realmente la mejor
estrategia para afrontar el problema?
¿Por qué bajar los precios no es la mejor estrategia para tu
negocio?
Imagen por Shutterstock
Lo
primero que debemos entender acerca del tema es que, generalmente, el problema
no está en el precio como tal, sino en la relación Valor y Precio; es
decir, el problema no es cuánto
estás cobrando, sino la percepción de valor que tiene el cliente con
respecto a tu producto.
Algunos
emprendedores creen erróneamente que el problema se debe a que están empezando
a dar conocer su negocio y, por lo tanto, deben bajar sus precios para que los
clientes se animen a probar sus productos y servicios, y entonces será sólo
cuestión de tiempo para que ellos empiecen a pagar lo que realmente valen;
pero, no tiene sentido bajar precios desmesuradamente sin tener en cuenta
la percepción de valor.
A
continuación, te explicamos las once principales razones por las cuales
la percepción de valor de tu producto o servicio en el mercado podría ser baja.
La idea es que analices cada punto y definas cuál es la estrategia que debes
seguir para que los clientes entiendan y paguen por tu propuesta de valor.
¿Por qué a tus clientes les parece caro tu producto o servicio?
1. Te estás dirigiendo al segmento de clientes equivocado
El
cliente equivocado jamás va a entender tu propuesta de valor y siempre va
considerar que tu producto es caro. El cliente equivocado hace que te desgastes
más y que ganes menos. El cliente equivocado te va a pedir que le cobres barato
y luego se va a quejar de todo. El cliente equivocado llegará incluso a hablar
mal de tu negocio y de tu servicio, haciéndote perder clientes potenciales.
No
importa cuán bueno sea tu producto, si te estás dirigiendo al cliente
equivocado, siempre vas a desgastarte el doble y al final sólo conseguirás
restarle valor a tu negocio.
Es
importante que definas el perfil de tu cliente objetivo ideal y te
enfoques en crear valor para él. El cliente objetivo ideal aprecia
tus valores agregados, está dispuesto a pagarte lo que vales, es rentable para
tu negocio y además te recomienda a otros clientes potenciales.
"Sólo hay algo peor que no tener clientes y es tener malos
clientes. Un mal cliente puede destruir más rápido su negocio que la misma
competencia." -David Gómez, director y fundador de Bien Pensado
2. Crees que todo el mundo es tu cliente (falta de enfoque)
Cuando
crees que todo el mundo es tu cliente, terminas desenfocándote y creando
productos generalistas, irrelevantes y de poco valor en el mercado. Recuerda
que "Querer agradar a todo el mundo es un camino seguro hacía
el fracaso".
Creer
que todo el mundo es tu cliente te hará caer en el error de querer adaptar tu
propuesta de valor a cualquier persona que se acerque a tu negocio, llegando
hasta el punto de ofrecer cosas que ni siquiera estás seguro de poder hacer.
Además,
cuando no tienes un enfoque claro, terminas haciendo publicidad que es poco
redituable porque le "dispara a muchos" y termina convenciendo sólo a
algunos pocos.
"Dejemos de hablarle a muchos para convencer a uno. Hablémosle a
uno para convencer a muchos." -Fernando Anzures, autor de El
Consumidor es el Medio
3. Quieres ser la solución a todos los
problemas de tu cliente
Otro
error muy común, especialmente en el campo de los profesionales autónomos, es
ofrecernos para hacer cosas que no encajan dentro de nuestra propuesta de valor
solamente para "asegurar al cliente". Está bien que quieras ofrecer
valores agregados y que quieras satisfacer a tus clientes, pero esto no
significa que debas aceptar hacer cosas que impliquen un desgaste injustificado
para ti o que pongan en riesgo tu imagen profesional.
Desde
el principio deja claro cuál es tu enfoque y cuál es tu propuesta de valor para
que el cliente te perciba como un profesional especialista en lo que hace, de
esta manera su percepción de valor con respecto a ti y tus servicios, será
mayor.
4. No hay coherencia en tu propuesta de
valor
Todos
los elementos de tu propuesta de valor deben ser congruentes y acordes con el
precio que estás cobrando. Los detalles son importantes cuando se trata de
crear valor.
Si
vas a una joyería, notarás que los productos más costosos se encuentran en
mostradores separados y que su empaque posee detalles que buscan transmitir la
sensación de exclusividad, poder, elegancia y otros elementos que son
importantes para quienes compran joyería fina. Sin estos elementos, la
percepción de valor del cliente se vería afectada y posiblemente no estaría
dispuesto a pagar el precio por la joya.
Detalles
como el empaque y presentación del producto, ambientación de tu negocio,
organización, limpieza, atención y tu presentación personal, harán que el
cliente se sienta más seguro y confiado a la hora de pagar lo que estás
cobrando.
5. Los clientes no entienden la propuesta de
valor de tu negocio
Por
otra parte, el problema de tu negocio podría no estar en la propuesta de valor,
sino en la estrategia de comunicación y en los canales que estás utilizando
para promocionarte.
Alguna
vez leí que "la empresa Lamborghini no hace comerciales
en TV porque las personas que los pueden comprar no se la pasan mirando
televisión". Sea cierta o no esta afirmación, es ideal para entender el
principio del marketing efectivo: Enviar el mensaje correcto a la
persona indicada, a través del medio adecuado y en el momento oportuno.
Este
principio menciona 4 elementos que deben ser congruentes a la hora de hacer
marketing: Mensaje, Cliente, Canal y Momento. Conoce a tus
clientes, diseña el mensaje que transmita de manera efectiva tu propuesta de
valor, elige los canales que potencien tu estrategia de comunicación y envía el
mensaje en el momento en que pueda persuadir al cliente.
El
mensaje debe ser claro, contundente y persuasivo. Usa palabras simples y
acordes con las características de tu segmento de clientes. Si el mercado no
entiende tu propuesta de valor, terminará buscando una opción más barata.
Si
alguno de los cuatro elementos falla, terminarás hablándole al cliente
equivocado o tu inversión en marketing no será rentable.
6. Cuando el cliente te pide una rebaja, no
eres capaz de argumentar el Por Qué tu producto vale realmente lo que estás
cobrando
Los
clientes compran emocionalmente, pero necesitan argumentos racionales que los
hagan sentirse bien consigo mismos al momento de pagar por un producto o
servicio. Si un cliente te pide una rebaja, no siempre significa que no tenga
dinero o que no esté dispuesto a pagarte lo que estás cobrando, sino que en
ese momento el cliente necesita ese argumento racional que le hará sentir que
está tomando la decisión correcta.
La
mayoría de emprendedores piensa en que está bien bajar el precio para
"asegurar el cliente" y que seguro la próxima vez podrán cobrar lo
que realmente vale, pero lo que sucede es que ese cliente saldrá de tu negocio
con la percepción de que te compró a ti por precio y no por valor; y cuando ese
cliente te recomiende a otros clientes potenciales, seguramente les mencionará
que deben comprarte porque tú haces descuentos.
Cuando
vendemos por valor, los descuentos funcionan muy bien como estrategia de
fidelización, pero no son la mejor estrategia de atracción ni de conversión. En
lugar de bajar el precio, podrías considerar ofrecer más valor.
Entiende
a tus clientes y demuéstrales que tu producto vale lo que van a pagar por él.
Ten a la mano argumentos que los hagan sentir que están realizando una compra
inteligente.
"Sólo necesita ser valiente por un segundo y es cuando el cliente
le pide un descuento y usted dice que no, y luego lo justifica." -David
Gómez, director y fundador de Bien Pensado
7. Tu producto o servicio tiene más costos
agregados que valores agregados
También
puede darse el caso de que tu producto sea caro porque incluye una serie de
características o beneficios que incrementan su precio, pero que son
irrelevantes para el cliente.
Pregúntate
si los beneficios y características que hacen tu producto más costoso que el de
la competencia, son realmente importantes y valiosos para el cliente o si se
tratan sólo de "Costos Agregados" que no aportan valor a la
persona que te está comprando.
8. Crees que ofrecer un producto de
"calidad" es suficiente
La
calidad por sí misma dejó de ser un valor agregado. Lo mínimo que esperan tus
clientes, es que tu producto o servicio sea de calidad.
Tener
un producto de calidad no te hace relevante para el mercado. Si realmente
quieres llegar a posicionarte como líder de la industria, debes ofrecer
experiencias, valores intrínsecos y demostrar a tus clientes que eres una
empresa única y diferente.
9. La atención al cliente en tu negocio es
mala
Sin
importar cuan bueno sea tu producto, una mala atención al cliente hará que la
percepción de valor se caiga hasta el piso.
Una
mala atención hará que jamás quieras volver a entrar a un negocio, te hará
sentir insatisfecho y hará que te duela cada peso que pagaste por un producto o
servicio.
Los
productos de alto valor deben ir acompañados por un servicio impecable y
extraordinario... ¿Cómo brindar un servicio extraordinario a tus
clientes? No es tan difícil como parece; se trata de entender que
estás atendiendo a personas que viven y sienten. Ponte en el lugar de tus
clientes y atiéndelos como te gustaría ser atendido a ti.
"Todo el mundo tiene un letrero invisible colgando de su
cuello que dice “hazme sentir importante”. Nunca olvides este mensaje al
trabajar con la gente." -Mary Kay, fundadora de Mary Kay Cosmetics
10. El cliente te percibe como "uno
más" del mercado
Lo
común es poco valorado y rápidamente olvidado. Si los clientes te perciben como
"una empresa más" del mercado, significa que estás siendo irrelevante
y sólo te buscarán por precio.
Descubre
cuál es la esencia de tu negocio, qué es lo que te hace diferente, por qué
deberían comparte a ti y no a tu competencia, qué es lo que puedes hacer por
tus clientes y que nadie más puede hacer. Descubre cuál es tu diferencial y
comunícalo de manera efectiva al mercado.
11. Crees que vender más (o tener más
clientes) significa mayores ganancias para tu negocio
Finalmente, otro gran error es
creer que asegurar más ventas, significa mayores ganancias para nuestro
negocio, pero no siempre es así. Enfocarse en incrementar las ventas sin tener
en cuenta el rendimiento del negocio, nos hace caer fácilmente en la tentación
de bajar los precios desmesuradamente.
Existen
modelos de negocios en los que tener pocos clientes, significa mayor
rentabilidad y menor desgaste. El mercadeo y las finanzas deben ir de la mano;
el incremento de las ventas debe tener un fundamento financiero.
No
se trata de cuántas ventas estás generando, sino de cuántos clientes
redituables y felices estás creando.
¿Has
cometido alguno de los errores mencionados en este artículo? ¿En tu negocio
compites por valor o por precio? ¿Tienes alguna experiencia con tu negocio que
quieras compartir? Deja tus comentarios, dudas y aportes acerca
de este tema.
Publicado
por Javier Diaz
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